Tributo a la nostalgia de Trepaflow

Vi a la luna dar el relevo al sol,
'no soporto las despedidas; adiós.'
Que dijo el niño que fui,
Cuando no supo y quiso poner fin.
Corrimos más veces,
De las que por deporte o perder trenes.
Hice hogueras en castillos de hielo,
Vi sirenas en el Ebro.
Sé que antes de exiliarme,
Debo asumir que aún no es tarde.
La gran ciudad, bicicleta y lluvia,
Que elija el cosmos; euforia o furia.
Quise tranquilizar a los dragones de mi pecho,
Comerme la exosfera y no el techo.
Átome a tus labios con cadena,
Y cuando no estás, púdrome de pena.
He temblado demacrado,
Cuando la ansiedad me da flato.
Noches sin más luz que las estrellas,
Noches completamente en vela.
Los dientes contra el labio inferior,
Despertar más que la pesadilla dolió.
La fatiga sigue viniendo a verme,
Me dijo: 'Siempre, vale? Siempre.'
Sangre por morderme los labios,
Nene bueno siempre sale al patio.
Encerrados a oscuras en el baño,
La cordura como oro en paño.
El pecho alterado como siempre,
Lejos, como quienes no me entienden.
Entre los dedos se va la esperanza,
Antes de que se fuera le di caza.
Mis andanzas son como mis andares,
únicos a la par de extravagantes.

La noche me devuelve a los quince,
Donde en portales fuimos felices.
Aislados de un frío que cortaba,
Y en proceso de caída las babas congelaba.
Lástima, nunca volveremos,
Y ni queriendo, aunque lo echo de menos.
No hace mucho nos confesamos,
Que aún somos adictos a ese pasado.
Y escuchando aquellos temas...
Viajamos aunque como antes no sea.
Queridas carcajadas evadían,
Hoy de antaño solo queda la sonrisa.
De todo lo que nos tuvimos que desprender...
Dolió hasta enloquecer.